Hace 87 años se perdió el rastro de la especie Telmatobius halli, cuyo redescubrimiento definitivo fue anunciado recientemente. Dos estudios publicados en 2021 precisan la verdadera ubicación geográfica de esta especie, desaparecida en Chile desde 1935. El logro es compartido por el académico del Departamento de Zoología, Dr. Claudio Correa, y el investigador autodidacta alemán, Jakob von Tschirnhaus.
En 2018, Pablo Fibla y colaboradores publicaron en la revista Zootaxa el redescubrimiento de Telmatobius halli (“Where is the enigmatic Telmatobius halli Noble 1938? Rediscovery and clarification of a frog species not seen for 80 years”) con lo que aparentemente solucionaron uno de los enigmas más persistentes de la herpetología de Chile. Sin embargo, César Cuevas y colaboradores publicaron en 2020, en la misma revista, un segundo redescubrimiento de la especie (“Rediscovery of the enigmatic Andean frog Telmatobius halli Noble (Anura: Telmatobiidae), re-description of the tadpole and comments on new adult’s characters, type locality and conservation status”) pero en un lugar distinto al identificado por Fibla y colaboradores.
Esta situación llamó la atención del académico del Departamento de Zoología y miembro del Laboratorio de Sistemática y Conservación de Herpetozoos de la UdeC, Dr. Claudio Correa, quien analizó ambas publicaciones y seguía haciéndose preguntas sobre la identidad y ubicación geográfica exacta de la rana perdida, ya que los dos redescubrimientos publicados eran incompatibles.
En un congreso científico en 2020, el Dr. Correa planteó una hipótesis distinta sobre la especie perdida: Telmatobius halli, una rana recolectada por primera vez en el año 1935 y descrita en 1938, se encuentra en una vertiente termal en el origen del río Loa, en la región de Antofagasta.
La presentación pública de su investigación bibliográfica hizo eco en un joven investigador alemán autodidacta, Jakob von Tschirnhaus, quien tras escuchar al Dr. Correa, lo contactó para colaborar con sus propios datos de investigación en terreno. En efecto, von Tschirnhaus había llegado independientemente a la misma conclusión sobre la ubicación de la especie presentada por el investigador UdeC en el congreso científico.
Fue así como ambos comenzaron a colaborar y a coincidir en sus conclusiones, aportando nuevos y valiosos antecedentes para revelar la ubicación exacta de una especie desaparecida por más de ocho décadas y que, por su distribución tan reducida, actualmente estaría en peligro de extinción.
La misteriosa rana desaparecida se encuentra en Miño, un campamento minero abandonado ubicado en el nacimiento del río Loa. La precisión geográfica del hallazgo y la comprobación física de la hipótesis del Dr. Correa fueron posibles gracias a que Jakob von Tschirnhaus fue al lugar, comprobó que era el sitio donde se recolectó originalmente a la especie, encontró ranas adultas y renacuajos atribuibles a la especie y tomó muestras de tejido de renacuajos para análisis genéticos.
Gracias a ello, el Dr. Claudio Correa pudo realizar un análisis filogenético molecular para establecer las relaciones de la población original de T. halli con respecto a otras especies de la zona. Este análisis, realizado en el Laboratorio de Sistemática y Conservación de Herpetozoos de la UdeC, permitió establecer que la población encontrada por von Tschirnhaus en Miño es genéticamente indistinguible de las especies más cercanas (Telmatobius dankoi y T. vilamensis). Usando esta evidencia, más una detallada revisión de la información morfológica, von Tschirnhaus y Correa demostraron que estas tres especies son la misma y que debería llamarse T. halli. Además, ellos sugirieron que un nombre común adecuado para la especie sería “rana del Loa”. Curiosamente, ambos investigadores habían llegado a las mismas hipótesis acerca de la ubicación de la especie antes de conocerse y la colaboración mutua permitió terminar con el misterio de la rana perdida.
“La rana del Loa”
Telmatobius halli es una rana endémica, que hasta donde estos científicos saben, actualmente solo se encuentra en tres localidades, en Miño (nacimiento del río Loa), en Las Cascadas (cerca de Calama) y en río Vilama (cerca de San Pedro de Atacama). Sin embargo, de acuerdo a observaciones recientes del Dr. Correa y otros investigadores, parece haber desaparecido en estos últimos dos lugares.
“Es una especie que mide entre 5 y 6 centímetros en estado adulto, de color café oscuro con manchas más claras. Tiene el hocico aplanado y es un anfibio totalmente acuático, que tiene membranas interdigitales muy desarrolladas en sus patas traseras”, explica el Dr. Claudio Correa. Al igual que otros Telmatobius de Chile, “tiene la piel suave y lisa, como jabonosa, y sus ojos sobresalen hacia arriba y están orientados más bien hacia el frente”, agregó. Además, sus renacuajos son enormes, es decir, son más grandes que las ranas adultas.
A pesar de todo lo que se ha podido establecer respecto a esta “Rana del Loa”, aún falta mucho por descubrir como, por ejemplo, conocer cuáles son sus depredadores, cuándo se reproduce y lo más importante para su conservación, si está presente en otros lugares a lo largo del río Loa.
Más información:
Dr. Claudio Correa: ccorreaq@udec.cl
Jakob von Tschirnhaus: pilladken@gmail.com
Las dos publicaciones que aclararon definitivamente el misterio son:
Correa (2021) A solution to the enigma of the type locality of Telmatobius halli Noble, 1938 (Anura, Telmatobiidae), a frog lost for 86 years (https://zookeys.pensoft.net/article/67904/)
Von Tschirnhaus & Correa (2021) The definitive rediscovery of Telmatobius halli (Anura, Telmatobiidae) at its historic type locality and its synonymy with T. dankoi and T. vilamensis (https://zookeys.pensoft.net/article/69036/)
Last modified: 31 de mayo de 2023