Por: Iván Tobar Bocaz, periodista VRID UdeC / ivtobar@udec.cl
Imágenes: Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía
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Por un lado, Chile enfrenta un déficit habitacional superior a 600 mil viviendas. Por otro, nuestro país suscribió el compromiso en la COP 25 de alcanzar la carbono-neutralidad al 2050. En ese contexto, y en el marco del Programa Estratégico Regional Biobío Madera, un equipo de especialistas de la Universidad de Concepción, liderado por la investigadora Valentina Torres de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía, desarrolla el proyecto ‘Diseño para la Manufactura y el Montaje. Propuestas de Viviendas Sociales para la Región del Biobío’, adjudicado en la convocatoria de Bienes Públicos de Corfo y cuyo mandante es la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo.
Los diseños se basan en sistemas panelizados de entramado liviano en madera, una solución eficiente para responder al déficit habitacional y avanzar hacia una construcción más sostenible. La también jefa de proyectos del programa Polomadera destaca: “A lo largo de estos años, hemos impulsado iniciativas orientadas a vincular industria, academia y sociedad, con el objetivo de promover una construcción en madera que sea sostenible y de calidad”.
Economía circular para la vivienda
El proyecto considera seis modelos de vivienda social: tres orientados a enfrentar el déficit y tres enfocados en cumplir con los requerimientos futuros de carbono neutralidad. Todos incorporan estrategias de diseño que facilitan el desmontaje y reutilización de componentes, alineadas con los principios de la economía circular.
Valentina Torres, candidata a doctora en la Universidad Politécnica de Madrid, investiga sobre economía circular aplicada a la vivienda mediante el enfoque de Diseño para el Desmontaje. “Los seis diseños, junto con su planimetría técnica, se pondrán a libre disposición de las empresas, en concordancia con el carácter de bien público del proyecto, para que puedan ser utilizados y replicados”, señala.
Uno de esos modelos fue construido como prototipo, e instalado en el campus central de la UdeC, como testimonio de un proyecto que aborda desafíos inmediatos, como la escasez de viviendas y la entrada en vigencia de la nueva reglamentación térmica, así como metas de largo plazo vinculadas a la carbono-neutralidad y la economía circular.

Transferencia del conocimiento
En la implementación del proyecto se han validado conocimientos en eficiencia energética, prefabricación de paneles y estrategias de circularidad, junto con el desarrollo de soluciones constructivas orientadas a mejorar el desempeño. Estos avances serán transferidos a microempresas locales con bajo nivel tecnológico, para fortalecer sus procesos productivos.
“Apuntamos a que adopten soluciones que mejoren la calidad de la edificación mediante una atención precisa a los detalles constructivos y criterios de fabricación y montaje eficientes, sin necesidad de alta tecnología”, explica la especialista y detalla que “aplicamos metodologías de diseño asociadas a la circularidad, como el Diseño para la Manufactura y el Montaje y el Diseño para el Desmontaje”, indica.
“La primera optimiza materiales y procesos en sistemas panelizados de entramado liviano, y la segunda permite recuperar componentes al final de su vida útil, reduciendo residuos en construcción y desmontaje”, explica la investigadora.
Ambos enfoques permiten proyectar viviendas más eficientes en todo su ciclo, desde la fabricación hasta su eventual reutilización. “Ése es uno de los principales aportes del proyecto: incorporar criterios de circularidad desde el diseño, con soluciones replicables y que puedan mantenerse en circulación en distintos contextos productivos”, enfatiza.
Medición empírica a través de sensores
En el prototipo construido se incorporan sensores de temperatura, humedad y dióxido de carbono al interior de la vivienda, además de sensores en la madera para registrar humedad en la estructura. “Desarrollamos previamente modelos teóricos para predecir el comportamiento higrotérmico de la envolvente, y ahora buscamos validar estos resultados mediante monitoreo continuo”, explica Torres. “Los sensores permitirán evaluar la presencia de condensación intersticial, es decir, humedad acumulada dentro de los muros”.
Este seguimiento es clave, ya que se utilizó madera sin impregnar. El objetivo es demostrar que, con un diseño adecuado y materiales compatibles, es posible proteger la estructura del ingreso de humedad. “Queremos evidenciar que, si bien puede ingresar vapor de agua, el sistema está diseñado para evacuarlo mediante ventilación, evitando acumulaciones y permitiendo que el muro respire”, concluye.
Last modified: 29 de agosto de 2025