Por: Cecilia Saavedra Órdenes, periodista – Campus Naturaleza UdeC / alsaavedra@udec.cl
Imágenes: Créditos a Alejandro Zoñez y Götz Palfner
Read in English
En noviembre de 1906, el micólogo estadounidense Roland Thaxter recorrió los bosques de Concepción y recolectó, sin saberlo, una especie hasta entonces desconocida para la ciencia. Se trataba del hongo hoy identificado como Nothojafnea thaxteri. Es una especie rara, con muy pocos registros en el país: “Hasta hace poco se pensaba que la especie estaba extinta en su localidad de descubrimiento, que es Concepción”, destaca el Dr. Götz Palfner, académico del Departamento de Botánica de la Universidad de Concepción, quien pudo registrar junto a un grupo de estudiantes ejemplares de este hongo, durante una salida a terreno en Campus Naturaleza UdeC.
Este hallazgo muestra que el hongo, de un centímetro de diámetro y con forma de copa, sigue presente en el territorio. El académico relata que lo encontraron antes de entrar al bosque, justo a la orilla del camino de acceso. “Es una especie pequeña, no muy llamativa, pero de gran interés micológico”, comenta el Dr. Palfner, quien lleva más de dos décadas dedicado al estudio de los hongos nativos de Chile.
La especie pertenece al grupo de los ascomicetes, como las trufas y los digüeñes. Presenta tonalidades blancas por fuera y de un rojo oscuro en su interior. “Lo interesante es que esta especie, según estudios genéticos recientes, está relacionada con las trufas del hemisferio norte. Es como un tatarabuelo de las trufas”, explica el académico.
La relevancia del hallazgo no es sólo científica. Este hongo está incluido en la Lista Roja Global de Hongos de la UICN como especie vulnerable. No obstante, la clasificación no considera aún los nuevos registros de Concepción. “Sería importante que alguien tomara esto y preparará una ficha nacional para el Ministerio del Medio Ambiente. Hay un patrimonio que está aquí y que puede ser protegido si se reconoce su presencia”, propone el Dr. Palfner.

De Concepción al mundo
La historia de esta especie es un viaje por la historia de la micología. Tras su recolección en 1906, la muestra permaneció sin estudiar hasta que, en 1957, la micóloga estadounidense Edith Cash le dio el nombre Peziza thaxteri en honor a su recolector original. Años más tarde, en 1971, la especialista argentina Irma Gamundi revisó la clasificación y asignó el nombre actual: Nothojafnea thaxteri.
“Durante mucho tiempo no supimos nada más de esta especie. Ni siquiera tiene nombre común. Recién en 2014 la volví a encontrar en la Reserva Nacional Los Ruiles, en la Región del Maule. Pero la gran interrogante seguía siendo si aún sobrevivía en su lugar de origen. Hoy podemos decir que sí”, señala el especialista.
El redescubrimiento de Nothojafnea thaxteri se suma a una larga lista de registros que el equipo del Dr. Palfner ha recopilado en Campus Naturaleza UdeC, un espacio que resguarda 25 hectáreas de ecosistemas nativos, incluyendo fragmentos de bosque de Nothofagus obliqua (hualle), especie con la cual este hongo forma asociaciones micorrícicas. “Sabemos que esta especie forma simbiosis con hualle. Basta que esté un solo árbol para que lo acompañe una diversidad considerable de hongos”, afirma.
Un ecosistema que debe ser cuidado
“Los bosques no funcionan sin hongos. Esa es la verdad. No existirían como los conocemos sin estas especies que trabajan silenciosamente bajo tierra”, enfatiza el Dr. Palfner, abriendo una ventana hacia un mundo diminuto, pero decisivo para el equilibrio de los ecosistemas.
El hallazgo se produjo en septiembre de 2024 y fue parte de una actividad de terreno del curso de ecología de hongos. “Casi todos los años encontramos algo desconocido. Pueden ser hongos no registrados antes en Chile o, incluso, especies nuevas”, señala el profesor. Sin embargo, el académico cree que aún hay mucho por hacer: “Hay mucha información sobre flora y fauna, pero los hongos siguen siendo los grandes olvidados. Necesitamos más iniciativas para educar, desde salidas al bosque hasta material didáctico específico”.
En esa línea, Campus Naturaleza UdeC se ha convertido en una plataforma privilegiada para la formación y la investigación micológica. “Es un lujo tener este bosque al lado de la universidad. No tenemos que viajar lejos para hacer ciencia de nivel mundial”, sostiene. Como asegura el Dr. Palfner, cada parche de bosque nativo, por pequeño que sea, merece ser conservado. “Son refugios vitales para especies endémicas que podrían desaparecer sin que siquiera las hayamos conocido”.
Además, Campus Naturaleza UdeC permite subrayar la urgencia de considerar a los hongos como actores clave en los ecosistemas. Desde su rol en la descomposición y el reciclaje de nutrientes, hasta su función como aliados en la restauración de bosques, los hongos comienzan a visibilizarse como parte esencial de la biodiversidad que debemos proteger. Por esto, el Dr. Palfner proyecta seguir investigando en sectores aún inexplorados de este espacio. “Me contaron que hay más parches de bosque más arriba, que no conozco. Así que vamos a extender nuestra investigación a esas áreas. Siempre hay algo nuevo por descubrir”.
Conoce más sobre Campus Naturaleza UdeC
Last modified: 29 de agosto de 2025