Written by 16:42 Medio Ambiente

¡Alerta de varazones!

El algoritmo diseñado por investigadores de los centros INCAR y COPAS Coastal toma información meteorológica y oceanográfica.

El algoritmo diseñado por investigadores de los centros INCAR y COPAS Coastal toma información meteorológica y oceanográfica para generar un valor numérico que se traduce en tres niveles de riesgo que se expresan como las luces de un semáforo, permitiendo reconocer condiciones de alerta para la ocurrencia de una varazón.

Por: Celeste Burgos Badal, Periodista COPAS Coastal cburgos@oceanografia.udec.cl | Imágenes: Gentileza COPAS Coastal

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La región del Biobío, y en particular el Golfo de Arauco, está entre las zonas con mayor número de varazones de peces en Chile. Este fenómeno, que parece ir en incremento, ocurre mayoritariamente en época de verano e impacta de forma directa en las actividades productivas y de subsistencia de las comunidades costeras.

Según explica Fabián Tapia, académico de la Universidad de Concepción y subdirector del Centro COPAS Coastal, “la expansión de zonas con aguas pobres en oxígeno en el Pacífico ecuatorial y frente a las costas de Chile-Perú, combinada con una intensificación de los vientos del suroeste durante la primavera-verano, son la principal causa de eventos de hipoxia costera en nuestra región”. Es importante entender que este ascenso de aguas frías y bajas en oxígeno desde la profundidad hacia la zona costera, ha ocurrido durante miles de años en costas como la nuestra, pero se ha vuelto más frecuente e intenso en el último tiempo; lo que “podría explicar la mayor ocurrencia de varazones de sardinas y anchovetas, sobre todo en meses de verano”, señala el doctor en Oceanografía Biológica del Massachusetts Institute of Technology (MIT).

Según el científico, “hasta hace poco cada nueva varazón de peces parecía encontrarnos a todos desprevenidos”. Esto motivó a un equipo de investigadores de los centros INCAR y COPAS Coastal, a diseñar un algoritmo que calcula un índice de riesgo de varazones a partir de información meteorológica y oceanográfica disponible para la zona de interés, que en este caso es el Golfo de Arauco. La iniciativa, financiada por el Programa de Investigación sobre Ecosistemas del Golfo de Arauco (PREGA), realiza cálculos que se expresan en una escala numérica de 0 a 10, en donde los valores más altos indican un mayor riesgo de ocurrencia de varazones. Para fines comunicacionales, esta escala numérica se dividió en tres tramos de riesgo creciente y se expresó como las luces de un semáforo, publicado diariamente en un sitio web y en redes sociales entre noviembre de 2022 y mayo de 2023.

Eficacia y aplicabilidad del modelo

El jueves 23 de marzo de 2023 se produjo una varazón en la playa Pingueral, en un periodo en que el algoritmo indicaba, por décimo-octavo día consecutivo, una condición de riesgo alto (semáforo en rojo). Fabian Tapia comentó que, “por un lado fue un alivio constatar que el semáforo marcaba rojo cuando ocurrió una varazón, pese a que ya habíamos salido de la ventana de fechas en que típicamente ocurren estos eventos; por otro lado, el que haya ocurrido tras casi 20 días seguidos con riesgo alto, y luego de otros dos períodos más breves de luz roja durante el verano, nos recuerda que el índice cuantifica una condición de riesgo, pero no predice la ocurrencia de una varazón, porque para eso habría que ser capaz de predecir el comportamiento de los peces”.

El índice generado por este proyecto no sólo permite evaluar cuantitativamente el riesgo de varazones, sino que además es útil para que las autoridades locales y los servicios públicos pertinentes puedan estar mejor preparados en periodos con mayor probabilidad de que ocurra un evento de este tipo. Según Tapia, “este semáforo podría implementarse a lo largo de todo el país, gracias a que esta primera versión del índice fue formulada para calcularse a partir de información satelital y meteorológica disponible. Versiones futuras del modelo debieran incorporar información derivada de mediciones realizadas in situ y transmitidas en tiempo real, como las que realiza el Departamento de Oceanografía UdeC y COPAS Coastal en Dichato y en el Puerto de Coronel, a través del proyecto CDOM PORTUARIO”.

Hipoxia en el océano bajo el microscopio

Las varazones de peces en las costas chilenas son un recordatorio de la interconexión entre las tendencias climáticas globales y cambios en las condiciones ambientales a nivel local, incluyendo el nivel de oxigenación de nuestras aguas costeras. Por ello, y dada la importancia ecológica y socioeconómica de muchas de las especies marinas que albergan estas aguas, miembros de COPAS Coastal han desarrollado en paralelo investigación que apunta a entender cómo algunas especies de mariscos comunes y abundantes en la región se adaptan a las rigurosas condiciones de bajo oxígeno. Para ello, un equipo liderado por la Dra. Valentina Valenzuela, investigadora de la línea de “Ecosistemas Costeros en Evolución” de COPAS Coastal, estudia los cambios en la expresión de genes asociados al estrés fisiológico en estas especies y cómo la microbiota de estos organismos puede cambiar en respuesta a condiciones de bajo oxígeno.

La Dra. Valenzuela señaló que los cambios en la microbiota detectados en animales expuestos a aguas hipóxicas resultan en un predominio de poblaciones de bacterias capaces de hacer fermentación y otras reacciones químicas que ocurren en ausencia de oxígeno. “Nosotros creemos que estas variaciones en el microbioma de los organismos es una estrategia de adaptación a la falta de oxígeno en el agua, ya que estas bacterias juegan un rol importante en el desarrollo y respuesta al ambiente de los organismos.”, explicó.

Last modified: 23 de febrero de 2025
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